Thursday 18 August 2011

1999 errores más y ya llegamos

Hoy me he metido en otro berenjenal, calabacinal y lechugal. Hasta la rodilla. ¡Viva el aprendizaje! ¡Qué bonito es hacerse mayor!

The story:

Si tras deliberaciones varias y trifulcas muchas de los dioses propios, no consigo salir al ruedo... hey, breath in... no todos los días son días de fiesta. Las canciones mienten también. Pero no, hoy no era el día de rendirse a las suplicas de los dioses de la parálisis mental. Hay días que se triunfa, días que se aprende y días que se piensa demasiado. Ayer, fue uno de esos en los que los pensamientos se interpusieron entre el público y yo. Eso y todo un batallón de al menos 600 energúmenos del (....) de Zurich que jugaba contra el Bayern.

Hoy, por otra parte, andaba yo aún con la resaca del derrotismo de ayer. Pero no voy a dar muchos detalles del spaguetti cerebral que me ha tenido 3 horas dando vueltas por la ciudad intentando encontrar el lugar perfecto. ¡El lugar perfecto! (¿hola?) El lugar ese debe de encontrarse cerca de la mujer 10, el mundo ideal o la verdad verdadera. Di muchas vueltas y guess what? No lo encontré así que volví a repetir el mantra Trungpa: start like a fool! y eso hice.

Caminaba yo en plan decidido, ahora sí que sí. Vinieron unas nubes y creyendo que se trataba de una señal divina me lancé en medio de la plaza. Fue vestirme de Kung-Fu y aparecer el sol. Churretes de maquillaje corrían por mi rostro. La gente se reunía poco a poco cerca de mí, pero no enfrente sino a un lado. Permanecen en la sombra, pensé yo... Así que trasladé mis cosas y me planté delante de ellos (al sol todavía). Poco a poco empezaron a llegar más y más y más, decenas, cientos!

Con lo que no contaba yo es con que estaban a punto de dar las cuatro, así que, contra toda ilusión que me había hecho, los descerebrados de los turistas se habían reunido para ver el """"divertidísimo""" Rathaus Glockenspiel. Unas figuritas dando vueltas al sonido de las campanas. Y cientos de personas echando fotos como maníacos!!!

Sudé, dancé, me burlé... Cuando se acabó el reloj me quedé solo... Tomé mi bandana kung-fu entre las manos, respiré... y en ese momento aparecieron los eslavos. ¡Hermanos! Y para más cachondeo Liudmila, ¡una entrenadora de Kung-Fu de verdad! El tirón de los ucranianos me permitió desarrollar todo el tema del 'Mental Kung-fu' pero al final tenían que irse y les dejé ir (error). ¿Quién se quedó? un par de punks que al acabar me tiraron dos euros y una pua de guitarra.

Conclusiones:

La mayoría del público no me entiende (todavía), o será que yo no lo entiendo...

1) Parte del público me tiene miedo, ¿o será que el que tiene miedo soy yo? El caso es que no consigo que se me acerquen. Les causo atractivo y curiosidad, eso sí a 20 metros de distancia. ¿Se pensarán que a esa distancia no puedo cogerlos si echo a correr? Son como animalillos y si intento acerarme un poco o atraerlos se piran corriendo.

2) F***********ck! Sigo enfrentándome demasiado al público y provocando y riéndome de ellos antes que de mí! Esto es lo que llevo más de 10 años intentando cambiar, y así vamos... Sigo jugando con estatus alto, eureka! por eso siempre me salen 1 o 2 que me vacilan y me juegan. Breath in...

Hoy tocaba saltar al vacío (again) y fracasar con gusto y regusto. Así ha sido. 1999 errores más y llego al olimpo.