Wednesday 30 November 2011

El Banco Malo


Me pide el autor de este blog que hable de algo que últimamente suena como uno de los bálsamos para restañar las heridas de nuestra maltrecha economía. Se trata de lo que se ha dado en llamar El banco malo porque como todos sabemos los bancos, hasta hoy, se dividen en dos categorías: buenos y muy buenos. De eso ya ha platicado nuestro futuro Presidente de Gobierno con los banqueros del país, y aunque parece haber división de opiniones, las hay más a favor que en contra. Esto no es algo nuevo ni ideado por los cerebros nacionales. Ya en Suecia, en los años noventa, se creó un banco malo para absorber los activos tóxicos (préstamos incobrables) de dos bancos que se habían pasado prestando. En fecha más cercana, en septiembre de 2009, se creó también en Irlanda la National Asset Management Agency, con el objetivo de recoger la cartera de inmuebles de los cinco grandes bancos del país y gestionar la venta de dichos inmuebles.
¿Cómo funcionaría este invento? Pues el mencionado banco malo, se denomina así porque sería el encargado de comprar toda la cartera de préstamos problemáticos a los bancos y cajas que actualmente los tienen en sus balances, siendo la cifra total estimada 176.000 millones de euros. Esa cifra se compone en su mayor parte de préstamos concedidos a promotoras inmobiliarias que no han vendido su producto (pisos y locales comerciales), y también de aquellos pisos que las entidades han recogido de particulares que no han podido pagar sus préstamos, vía deshaucios y daciones en pago (esta última figura es la salida que tienes cuando no puedes pagar: toma la casa y déjame tranquilo). Ahora bien, si dividimos los 176.000 millones de euros  entre 120.000 euros que es el importe medio de una hipoteca, nos da un resultado de 1.466.000: aproximadamente el número de viviendas por vender. En este país donde las necesidades anuales no pasan de 300.000 (200.000 bodas y 100.000 separaciones-divorcios), estaríamos hablando de 5 años para distribuir el stock si no se construyera más o se diera otro boom.
Volviendo al banco malo... Como es natural si éste compra algo, aunque sea malo, tendrá que pagarlo, y en esa operación donde entramos los demás. La forma de pagar puede ser emitiendo unos títulos (bonos) propios que, al tratarse de una entidad poco fiable, deberán llevar el aval del Estado (o sea, de nosotros). Para los vendedores, gran negocio: se quitan la morralla y cobran con la garantía del Estado.
La otra puerta por la que entramos en esta operación es la siguiente: nuestro banco malo (ya es como de la  familia) puede que bueno no sea pero tonto tampoco. Es decir, va a comprar toda esa mierda, con perdón, y la va a pagar a precios mucho más bajos de lo que están contabilizados en los balances de los bancos y cajas vendedores. Por este motivo esos bancos y cajas se verán forzados a equilibrar dichos balances para no ser llamados al orden por la autoridad competente, léase Banco de España, que es el supervisor del Sistema Financiero. Acudirán pues al Estado a pedirle ayuda: recapitalización, fondos, etc. y nuevamente nos llamarán a la puerta para que hagamos unas jornadas solidarias y vía recortes, subidas en la declaración IRPF o incrementos del IVA y otras tasas, ayudemos a ajustar las cuentas de nuestros amados bancos y cajas. Una vez conseguido esto, estarán en disposición de volver a prestar y reactivar la economía de este país porque habrán soltado el lastre que desde hace meses les impide atender las solicitudes de particulares y empresas
Visto así, para ellos es buenísimo  nuestro banco malo. No entiendo por qué hay banqueros que se oponen a su creación: supongo que son los que piensan que si no se crea, cada uno se tendrá que comer su marrón. Y es que en algunas entidades el marrón es tan gordo que puede llegar a explotarles y en este  mercado salvaje, un competidor menos es una oportunidad de negocio más.

Paterkovas