Monday 20 August 2012

Más Chaim

Pregunta en Lodz sobre Chaim Rumkovski y verás qué te dicen:

Chaim Rumkovski adoptó un niño
dicen que abusó de él
Chaim Rumkovski se paseaba en carro por el gueto,
un burro esquelético tiraba de él

Chaim jerarca monigote
Chaim dictador bananero
no lo perdonaron ni Levi ni Arendt
creó su moneda, los Rumki
con su jeta en el papel

Chaim obligaba a rezar en los lugares de culto. Que se rezase por él.

Dentro del gueto que comandaba Chaim existía otro gueto. Cloaca exangüe de las cloacas que ni las ratas quieren ver. En él vivían 5000 gitanos. Esto es lo que Chaim tenía que decir de los gitanos:

We are forced to take about 5000 Gypsies into the ghetto. I've explained that we cannot live together with them. Gypsies are the sort of people who can't do anything. First they rob and then they set fire and soon everything is in flames, including your factories and materials.

Chaim... y el instinto de supervivencia más allá de cualquier norma o ley.

Chaim tenía una lista que incluía 1) a los que no trabajaban, 2) a los que habían sido designado como criminales y 3) a familiares de 1) y 2)

El día 24 hay se conmemoran 70 años de aquello y los Chorea salen con su director a la cabeza a rememorar el día que Chaim mandó a los críos a morir.

Yo he localizado a la nieta de una superviviente del gueto y espero poder tener una entrevista con ella. Se llama Ruthie Osterman y es israelí. Si alguien tiene alguna pregunta que me lo haga saber.


Sunday 19 August 2012

Chaim Rumkovski

La historia del gueto de Lodz no es obvia ni comparable con la del resto de guetos creados por los nazis en toda Europa. Tampoco lo es la de Chaim Rumkovski: nombrado Älteste (líder) del Judenrat (Consejo Judío) por los nazis para organizar la vida en el gueto de Lodz.

Rumkovski adoptó desde el principio una posición inequívoca. Cumplir a rajatabla las órdenes nazis bajo la premisa de que si él no las cumplía, los nazis mismos se encargarían de ejecutarlas con mayor brutalidad. Poco a poco el ejercicio de dichos poderes hace que se convierta en una suerte de dictador dentro de su propia prisión.

Sin embargo, aún hoy sigue abierto el debate sobre si Rumkovski fue villano o héroe controvertido para su pueblo. Hombre de gran destreza política y capacidad organizativa, ideó un plan con el que pretendía salvar a los habitantes del gueto prolongando la existencia del mismo.

El 5 de abril de 1940 Rumkovski pide materiales a los nazis para industrializar el gueto de Lodz con la esperanza de convertir a su comunidad en indispensable para los nazis. Ofrece mano de obra barata al servicio del regimen. El gueto de Lodz pronto se convierte en un centro industrial que fabrica ropa, calzado e incluso armas para el ejercito ocupante. Esto le permite lograr algo que no ocurre en ningún otro gueto de Europa:  se crean escuelas, centros culturales e incluso religiosos. Rumkovski está convencido de que el interés económico que los nazis tienen en el gueto será razón suficiente para mantener viva a su población. Sin embargo es incapaz de ver que para los nazis es más importante acabar con las vidas de los judíos que la rentabilidad económica del gueto. 

En otoño de 1941 llegan al gueto 5.000 gitanos y otros 20.000 deportados judíos. Llegan de Europa aún con sus vestidos, sombreros y bolsos a un infierno donde el hacinamiento obliga a convivir hasta 10 y 12 personas por habitación. Por las calles desfilan esqueletos.

Ya en la primavera del mismo año los trabajadores habían comenzado a sublevarse. Los alemanes pagan cada vez con menos comida el trabajo del gueto de Lodz y las exigencias de producción son mayores. Rumkovski no duda en frenar con violencia las revueltas. Hace suyo aquello que reza a la entrada de los campos de exterminio: Arbeit macht frei (el trabajo os hará libres).  Se aferra a la idea de que solo doblegándose a los imperativos del opresor será posible sobrevivir.

El 20 de enero de 1942 tiene lugar la conferencia de Wannsee a las afueras de Berlín para decidir en qué va a consistir 'la solución final'. Al enterarse de en qué consiste dicha solución y la naturaleza de los 'reasentamientos en el este' el líder del Judenrat de Varsovia se suicida. Rumkovski por el contrario permanece en su puesto y comienza a ejecutar deportaciones. En agosto del mismo año recibe la orden de deshacerse de la población que 'lastra' la producción del gueto: niños, ancianos y enfermos. Su discurso al gueto se cita en ocasiones como paradigma del drama del holocausto y probablemente sea el documento que mejor resume la figura Rumkovski.

Dádme a vuestros niños

El gueto ha recibido un duro golpe. Nos piden aquello que más queremos, a nuestros niños y ancianos. Yo no tuve la suerte de tener un hijo y por lo tanto dediqué los mejores años de mi vida a los niños. Viví y respiré juntos a los niños. Yo nunca me imaginé que mis propias manos se verían forzadas a hacer este sacrificio en el altar. En mi vejez me veo obligado a extender las manos y mendigar: ¡"Hermanos y hermanas, dádmelos a mí! - ¡Padres y madres, dadme vuestros niños ..” (amargos sollozos sacuden al público reunido) ... Ayer, en el curso del día, recibí la orden de enviar a más de 20.000 judíos del gueto, y si no lo hago ellos me dijeron – "nosotros mismos lo haremos". La pregunta fue: ¿"Debíamos haber aceptado esta orden y llevarla a cabo nosotros mismos, o debíamos dejárselo a otros?" Pero puesto que nos guiaba la idea de no “¿cuántos se perderán?” sino de ¿cuántos pueden ser salvados?", llegamos a la conclusión – los más cercanos a mi trabajo y yo mismo – que por difícil que sea, debemos aceptar esta carga y llevar a cabo esta orden. ¡Debo llevar a cabo esta operación difícil y sangrienta, debo cortar miembros para salvar el cuerpo! Debo entregar a los niños, y si no lo hago, los otros se los llevarán igual, Dios prohibe... (terribles gemidos).

Hoy yo no puedo consolaros. Ni vine para consolaros sino para mostraros todo el dolor y toda la pena. He venido como un ladrón, para quitaros lo que es más querido en vuestro corazón. He hecho todo lo que he sabido para anular esta amarga sentencia. Al no poder cancelarla he hecho todo lo posible para aligerarla. Sólo ayer ordené que se registrase a todos los niños de nueve años. Quise salvar por lo menos un año – a los niños de nueve a diez, pero ellos no cedieron. Conseguí una cosa – salvar a los niños de más de diez años. Que sea éste el consuelo de nuestra gran pena.

Hay muchas personas en este gueto que sufren tuberculosis, cuyos días o quizás semanas pueden contarse. No lo sé, quizás esto sea un plan satánico, y quizás no, pero yo no puedo parar de pensar: "Dadme a esta gente enferma y quizás será posible salvar al sano en su lugar." Sé cuán precioso es cada uno de estos enfermos en su hogar, y especialmente entre judíos. Pero en tiempos en los que se emiten tales decretos uno debe sopesar y medir quien se debe salvar, quien se puede salvar y quien no se puede salvar.

El sentido común nos dice que los que deben ser salvados son aquellos que pueden ser salvados y tienen una oportunidad siendo salvados y no ésos para los que no hay la posibilidad de salvarse en ningún caso ...



El gueto de Lodz fue el último en Europa del Este en ser liquidado. Si bien tan solo unas 900 personas sobrevivieron dentro del mismo, unos 7000 habitantes vivieron el final de la guerra y reconocen en ello el papel fundamental de Rumkovski. Otros solo ven en él una figura que se aferró al poder para salvar su vida a costa de su propio pueblo.


Aunque hay dudas al respecto, se dice que Rumkovski fue enviado a Auschwitz y allí murió asesinado el 28 de agosto de 1944 a manos de los propios judíos.

Friday 17 August 2012

Solo en Lodz

No encuentro las palabra (válgame el tópico), hay demasiado que contar. Creo que lo mejor es no intentarlo con demasiadas ganas porque se me cruzan los cables de los dedos y no sale nada coherente por la pantalla. Es el momento de vivirlo y al mismo tiempo tengo ganas de compartirlo.

Mi anfitrión es un tipo excepcional llamado Konrad. En un día con él tuve lugar de ir a un internado a dar un taller de expresión corporal a los hijos maltratados de la distopia. De visitar las fábricas textiles abandonadas de Lodz donde un grupo de artistas locales van realizar STOP-MOTION, un proyecto de arte que combina música y movimiento usando los elementos abandonados de las fábricas. Después concierto en Villa Ghromana. Después me dió las llaves de su casa, cogió un tren y se marchó a Oslo.

Lodz es una ciudad marcada por la historia del s. xx europeo. Qué lejos nos quedan esas historias de judíos en España. Aquí, en la ciudad que albergó el segundo mayor ghetto creado por los nazis la historia está a flor de piel. Lodz era la tierra de las oportunidades y a ella llegaron comerciantes y artesanos judíos, rusos, polacos y alemanes. En su momento álgido llegaron a haber unos 230.000 judíos de una población total de unas 750.000 personas. Al acabar la guerra había sobrevivido apenas 900 personas, el resto fueron aniquilados. Cómo no va a pesar. Qué alegría ni que huerta.

Hoy comienza Retro/Per/Spetywy un festival que combina teatro, conciertos, exposiciones, cine y talleres. La temática del festival es la tradición judía, su cultura e historia.

Me voy corriendo porque son las 6.30 y en media hora se estrena en el Teatr Nowy la pieza Tov.

Thursday 16 August 2012

Lodz

How can I adorn this city with a rhyme?
In the autumn - a gloomy and dull city
Grey and livid, and dark grey smoke 
And networks of streets - dense and dirty
From my windows I see the bland rag of the sky.
The backyard full of lime and clay,
Factory walls, a cracked roof
And smoke stackes sacattered everywhere
So, how can I adorn this city with a rhyme?

Julian Tuwim



Deep friendship

Poet, rake the strings. Strike fire.
Staying quite is not for now.
Be generous.

A baby must cry before the mother
nurses. Make noise poet.

Want the deep friendship
out loud.

Dilate this love. Mention the name
of the one who started this.

What am I saying? Shams is Jesus
walking a mountain road.

I am slow, bewildered
avalanche moving along somehow
trying to follow him.

Rumi

Wednesday 15 August 2012

Y se hizo la Lodz

De Wroclaw a Lodz. 2'5 horas de espera en la cuneta. Tres camiones y una furgoneta pirata. 5 horas de viaje y 211 kilómetros (en Polonia solo hay 4 autovías). Estos datos resumen mi viaje iniciático como autoestopista.

Llegar a Lodz. Desembarcar de la furgo y ser arrojado al mundo inténsamente realista de Manufactura. Entonces el mayor complejo de la industria textil de la ciudad. Ruinas hasta hace dos días. Hoy el mayor centro comercial de la tercera ciudad en tamaño de Polonia. Como poner la televisión después de haber estado todo el día leyendo a los rusos.

Tengo la sensación de haber viajado durante días y de haberme deslizado fugázmente por las cuatro estaciones. De haberme zambullido en un río de asfalto y de haberme dejado arrastrar durante días por las corrientes. Pero no es una ilusión. Tengo la ropa y el pelo empapados. Ah sí, ya recuerdo: alguien me ha traído hasta aquí. Los marineros. Los camioneros. La última esperanza del auto-stop.

Ryszard te recoge aunque sea para hacer 50 km. Te dices que por algo hay que empezar y subes. Lo que no sabes es que si subes a un camión tienes media Odisea al alcance de la mano. Y que ya no depende de ti. Que quizás nunca dependió de ti. Y ahora comprendes que ese era el atractivo. Ponerte en manos del otro. El reto es confiar y exhalar cuando llegue el momento del salto.

Antes de los 50 km prometidos saltas porque hay un camión que viene por detrás y tienes que cogerlo. El relevo. Con Radek apenas nos podemos comunicar. Apenas evoluciona la relación más allá de los olfateos preliminares. Al cabo consigue explicarme que ahora vamos camino de Varsovia. Que me estoy desviando de mi ruta. Parece preocuparse, yo me encojo de hombros, no me queda otra. Ellos sabrán, yo estoy entregado y me va pero que muy bien. Llamadas de radio y al rato vuelvo a cambiar de embarcación. De sus conversaciones por radio no entiendo nada más que 'español' y 'lodz' y así voy pasando de manos o más bien de cabina en cabina. Pero los marineros también descansan, finalmente llegamos a Zdunska Wola, mi chófer viene de Alemania y tiene ganas de llegar a casa. Pone el grito en el cielo: ¡It's holidays and I'm working, curva!

En una redonda de ese pueblo impronunciable quedas varado bajo un cielo ténue y un chispeo amenazante. La tarde va languideciendo por efecto de las nubes que cubren el cielo e intuyes que no te queda mucho tiempo hasta que se haga de noche. Lodz a tan solo 40km. Caras de intensa indiferencia cuando no de desaprobación entre los que pasan. El cansancio trabaja para todos a estas horas y no tiene sentido forzar una sonrisa bajo la lluvia. De nuevo es cuestión de vencer al tiempo. Al rato llegan Bartek y Alex en su furgoneta pirata. Carretera y rock and roll. Parada estratégica en un fish and chips polaco a la orilla de la carretera.

Al fin entrada en Lodz.

Tan difícil de imaginar. Llevo semanas invocando quimeras sobre cómo será mi llegada a esta ciudad. Ese encuentro improbable. El rastro que sigo es difícil de narrar. En estas circunstancias mejor adoptar un enfoque grotowskiano. Don't try to understand above the line. Search what lies underneath.

Hay un placer reservado para aquellos que no visitan las principales ciudades del país, ni se asoman a sus museos o sus visitas guiadas. El placer de llegar a un lugar del que no te han hablado, del que nadie habla y sin embargo, sin saber los motivos, posee un atractivo enorme para ti. El placer de saber que te esperan aunque no te conocen.

Entrar a Lodz,
aterrizar en otra época.
Nuestra incursión por el sur.,
la ciudad hecha pedazos.
La pintura escamas plegadas.
El vapuleo del tiempo.
Las fachadas que acumulan suciedad.
La ciudad acumulada en las fachadas.

Los edificios susurran una historia desarticulada e incomprensible.
Las calles gritan: ¡hágase la distopia!

Wikisource: De ser tan solo un pequeño asentamiento de 800 personas en el siglo XVI a convertirse en importante ciudad de Prusia. Luego el mayor centro de producción textil del imperio ruso en los años 20 del siglo XIX. Centro del movimiento socialista a principios del XX. Metrópolis y ejemplo de convivencia entre rusos, alemanes, polacos y judíos. Centro de exterminio de judíos, gitanos y polacos bajo ocupación nazi.

Atrás queda ese espectro. Estoy en Manufactura. aquí todo parece transcurrir al ritmo hiper normal de un centro comercial cualquiera en Europa. Me tiembla la mandíbula. Experimento un pequeño brote de ansiedad. Estoy en un lugar desconocido y soy un perfecto anónimo sin ningún punto de referencia. Importante no olvidarse de exhalar en estos momentos. Es miércoles de la Asunción y los polacos disfrutan de este día de vacaciones. Manufactura es un gran complejo de pabellones industriales con zonas de esparcimiento entre los mismos. Deambulo sin norte. He llamado a Konrad pero tiene el teléfono apagado. Casi lo prefiero así, necesito volver en mí. O quizás no. 


Tuesday 14 August 2012

En búsqueda de Jerzy

Despertar y cumplir con la producción material. Dos cafés y no sé cuantas mil palabras más tarde estoy ya en la calle.

Camino de vuelta al archivo del Instituto Grotowsky, me apetece ver qué ha pasado cuatro años después de la primera entrevista en EEUU.
Año 1973, Grotowsky ha vuelto pero ya no es el mismo de la primera vez. En su lugar hay un hombre más delgado, con barba, pelo largo y gafas de pasta, ropa tejana y un aspecto bastante dostoyevskiano que ya no desaparecerá hasta su muerte. El hombre que ha revolucionado el teatro occidental ya no habla del teatro pobre. Su vocabulario ha cambiado, habla de encuentros en lugar de espectáculos, de visitantes cuando se refiere al público. Su compañía no está produciendo ningún nuevo espectáculo sino que la búsqueda, la investigación, se centra en 'cómo conseguir vivir entre nosotros', en cómo articular una nueva forma de convivir para él y los miembros de su compañía. Grotowsky habla de sus viajes meditativos vagabundeando por la India y por EEUU.

Como bien intuye la presentadora, los intereses y el enfoque que Grotowsky lleva a la práctica teatral: la vida en comunidad, entrenar la sensibilidad, el 'encuentro'... son todos temas propios de la vanguardia hippie estadounidense de esos años. Cuando sugiere algo parecido Grotowsky intenta que desista de etiquetarle y simplificar las cosas. La presentadora, sin embargo, parece empeñada en reducir el mito a un subproducto de la cultura avant-garde yankee.

Pongo otro DVD que me ha dejado mi albacea de los bosques. Es un documental de 1980 llamado Nienadowka, el nombre del pueblo donde se crió el mito. En el vídeo Grotowsky, con 47 años ya, llega al pueblo que dejó siendo niño, con un montón de recuerdos que poco a poco nos desvelan los orígenes de su mundo interior.

Jerzy llega al pueblo con 6 años en 1940. Los nazis ocupan Polonia. Llegan su madre su hermano y él. Llegan, como se dice, con una mano delante y otra detrás. Su madre es maestra y mujer espiritual, practicante del rito católico pero inflexible a la hora de defender la comunión de todas las religiones. Emilia, así se llama, es lectora  del sabio hindú Ramana Maharsi. Éste habita y escribe desde Arunachala, montaña en la que se esparcieron las cenizas de Grotowsky. En Ramana Maharsi la madre de Grotowsky encuentra un espejo de sus propias ideas sobre Dios y pronto hace partícipe de las mismas a su hijo. Grotowsky lee este libro a los 8 años y cuenta como sus intuiciones sobre el mundo inmaterial cobran sentido. Este libro parece ser la primera puerta hacia su visión: entender los ritmos y el movimiento que subyace al mundo visible. Grotowsky hereda esa visión hinduista según la cual el mundo material es pura ilusión y bajo su delgada capa se despliega la vida en su ensencia pura, inmaterial.

Pero Grotowsky se siente cercano al mito católico del martir. Su práctica teatral y su obra dan fe de ello. No tiene desperdicio el relato de cómo su actitud rebelde de niño le llevó a enfrentamientos con el cura local. Hasta tal punto que éste llegó a prohibirle leer los evangelios. Relata ahora la historia a la puerta de un granero de madera en el lugar en el que entonces hubo un criadero de cerdos. Un día el monaguillo del cura le pasó de estraperlo los evangelios. Grotowsky rememora cómo descubrió a Jesús de manera conspirativa y no institucionalizada leyéndolo en la parte alta del criadero mientras abajo los cerdos reguñían y los rayos de sol se colaba por las ranuras entre las maderas.

Grotowsky da un paseo encontrando lugares y personajes de su infancia y desgranando su visión de la vida. Han pasado 32 años desde la grabación y para éste que escribe sus palabras han perdido el filo. Quizás su lenguaje que tanto se apoya en cuestiones espirituales de oriente resulta, en pleno 2012 - año mundial de las teorías escatológicas- un poco empalagoso. O quizás sea que el que habla, aunque tiene vocación de creyente, a la hora de la verdad se queda en escéptico.

La forma en que Grotowsky pronuncia esas palabras, sin embargo, contiene un brillo inconfundible. Tiene 47 años y parece un niño entusiasmado y lleno de curiosidad por los asuntos de la existencia. Tal vez sea que como él mismo dice, el lenguje y las palabras no tiene ningún fin. Son tan solo  ritmo. Música con la que expresar cuestiones invisibles e incomprensibles que tienen que ver con la esencia de la vida. Nuestro drama. Por eso oir a este hombre sencillo hablar, es música para el espíritu.


Monday 13 August 2012

De Oeste a Este

Berlín. Salida por la puerta de atrás. Multa de 40 pavos en la última estación de mi último trayecto en la ciudad. Consecuencia: llego 20 minutos tarde al coche compartido que nos llevará a Polonia. Los pillo por los pelos. Asumo la regañina. Hoy sí, siento que el traje de español cosmopolita se me ciñe a la carne con una naturalidad inusual. El viaje bien si no es porque de mi boca solo salen impertinencias y chistes fuera de tiempo. No es mi día. Aun así decido no callar y explorar los límites de la paciencia ajena. A las dos horas la frontera, una larga y evocadora recta completamente despejada. A los lados los edificios que nos hablan otros tiempos.

Si de viaje te has quedado dormido en Alemania y cruzas la frontera, Polonia te despierta. Unos 20, quizás 40 kilómetros de pista sin arreglar que dan la bienvenida al viajero a golpe de bache. boing boing boing.

Wroclaw. Llegar, descargar, sacar a cenar a mi hospitality host y a la cama pronto. Tres semanas de Berlín y André dan para mucho. Las de esta noche han sido las últimas cervezas en unos cuantos días, me digo.

Despertar. Traducir como solo Translatinator sabe hacerlo. 3500 palabras en dos horas. Sandwich, mapa y a por Grotowsky.

Lo que yo sabía antes de llegar: que fue un renovador de la práctica teatral y actoral del siglo XX. Que buscó un teatro llamado pobre, liberado de todo accesorio. Esencial. Reduciendo al mínimo la iluminación, la música, la utilería, el decorado... Que la forma de entrenar era bruta. Que imponía a sus actores una disciplina espartana rallando lo masoquista. Que fue el maestro de Eugenio Barba, director del Odin Teatret, quien a su vez fue maestro de Ricardo Iniesta, director de Atalaya. Que colaboró con Thomasz Rodowicz, fundador de Chorea y director artístico de Retro/Per/Sectywy (el festival de teatro que tiene lugar en Lodz y es, sin duda, uno de los momentos cumbre del verano).

Hoy me he acercado al Institut Im. Jerzego Grotowskiego a intentar penetrar un poco en el misterio que rodea a esta figura. Digo misterio no solo por mi desconocimiento de la causa. Grotowsky, entendió el entrenamiento actoral como una práctica de liberación de las limitaciones del actor como ser humano. Los ejercicios estaban ahí para detectar resistencias y bloqueos y trabajar sobre ello. Quería desarrollar un método científico y a ello destinó sus años de investigación en el Laboratorio de Teatro Polaco en Wroclaw. Sus actores lo abandonaban todo y se entregaban a una práctica donde el único material de trabajo era el cuerpo y, por ende, el ser humano en su totalidad. Trabajan de manera exhaustiva y en sus representaciones, que asemejaban extrañas liturgias y rituales, el público no superaba las 30 personas. El de Grotowsky era un teatro Sagrado que muchos no entendieron y aún hoy es difícil de clasificar.

Al llegar al archivo te abre un señor gigante con larguísima barba blanca y largos cabellos que parten de la parte trasera de la cabeza. Bajo la parte frontal de la misma, ahora ya calva, hay dos ojillos tímidos y una gran narizota redonda e hinchada. Parece un duende gigante. Me recibe con cierta prisa pero muy atento me lleva al archivo y me propone que vea un vídeo de Akropolis la obra de Wispianski, dramaturgo polaco nacido en el s.XIX y muerto a primeros del XX. Para este dramaturgo la obra era una forma de interrogar al público sobre los valores de la cultura occidental. Grotowsky situó la acción dramática en Auschwitz.

El vídeo es antiguo, está en blanco, negro y polaco así que me digo que en cuanto dé la primera cabezada la cambio. No quiero parecer un turista pero tampoco me voy a zampar la obra entera. De la obra Peter Brook dice que cuando la vio representar creyó estar en una misa negra y ser testigo de algo tan invisible y inasible como el mismísimo Mal. La cabezada tarda en llegar 12 minutos. El duende está atento y presto viene hacia mí. ¿Qué más? ¿Entrevistas? De este año, del otro. No sé hombre, lo que usted diga. Finalmente acepto con humildad mi condición de turista. El duende, hombre compasivo me cuenta con entusiasmo. Me dice que está en inglés y francés y ahí que me pone el vídeo.

Grotowsky entrevistado en América, año 69. Joven, rellenico, de traje y estética mod, gafas oscuras y un fumar compulsivo. Hay algo en él de excesivo. Quizás sea la juventud. Quizás sea la autoridad y el conocimiento con los que habla. Tiene un pelín pinta de niñato pero no hay que dejarse engañar por las apariencias ni perder de vista que con su grupo de actores pobres en un pueblo de Polonia revolucionó la forma de entender la práctica actoral y sigue siendo referencia para miles de actores y compañías en todo el mundo.

Al salir compro dos libros, uno en el que Peter Brook repasa formas de ensayar con Stanislavsky, Brecht y Grotowsky y otro que se llama Peter Brook with Grotowsky.
Brook habla desde la perspectiva del occidental y eso se agradece. Dice no tener la sabiduría para comprender por completo el misterio de la liturgia de Grotowsky. Sin embargo admira la visión de un hombre que pensó en el teatro como mero vehículo para el desarrollo del potencial humano.
Brook cuenta que la profundización en sus investigaciones llevo a Grotowsky al final de su práctica a prescindir por completo del público. El final del actor grotowskiano es el momento en que liberado ya de todo lo accesorio y lo que le impide ser humano, abandona también él el teatro y se encamina a vivir plenamente su propio drama humano.

Para Grotowsky, el actor es un martir con el que el espectador no puede pretender identificarse. Solo puede ser testigo sobrecogido  del coraje de un héroe y del sacrificio que se le ofrece como regalo (Brook dixit). Por otro lado el enfoque del director británico fue siempre el de ir al encuentro del espectador, cogerlo de la mano y embarcarse en una exploración conjunta. Su misión teatral ha sido siempre la de contar historias por medio de un grupo que fuera un contador de historias con muchas cabezas.

Brook admiró profundamente a Grotowsky y las páginas rebosan curiosidad, admiración, gratitud y amistad. Para mí es una buena manera de prepararme antes de llegar a Lodz.

Hablando de liturgia y del Este dice Brook:

"Ellos entienden el misterio, nosotros por supuesto, no. Nosotros nos quedamos en los márgenes, se nos permite llegar hasta ahí, mientras que el misterio tiene lugar porque sí. Y no se nos trata con desdén pero tampoco se nos da la bienvenida con una palmadita en la espalda. Está ahí, nosotros estamos ahí y podemos establecer la unión, o no".