Wednesday, 21 December 2011
Aprendizaje de la desilusión II
Pero volviendo a mi retorno imaginado... Yo sentí aquellos días que una ley y un señor muy grave me advertían que, pese a haber vuelto, ya nunca me sentiría cómodo en mi propia tierra. Y así, intentando descifrar mensajes confusos decidí que lo mejor era optar por el destierro. Eso sí, sin perder el blanco de vista. Me busqué un pisito a la otra orilla del río, al sur. ¡Con los pobres! canturreaba yo con prudencia por la manzana. Los pobres, y no solo de bolsillo sino los mismísimos pobres de espíritu, siempre han vivido en el sur. Esas son cosas que se dicen. Qué agusto pasé las primeras noches, en mi nuevo hogar, imaginando que en el piso de arriba Raskolnikov y familia malvivían apretujados y sin calefacción mientras planeaban cómo rebanarme el cuello. Que alborozo para mi cándido espíritu. Ponía canciones no demasiado tristes en el ordenador y hacía manualidades. Y de esta forma pasé los primeros días conjurando un poder oculto y obscuro que me recorría el cuerpo y me calentaba pies y manos.
El río me proporcionó una saludable distancia con mi viejo mundo. Eso no significa que me aislase por completo. Sin que nadie lo supiese me reunía con mi padre y mi madre imaginarios en la ciudad y, en la intimidad del ruido de un popular bar murciano, nos reconfortábamos con palabras llenas de ternura real los unos a los otros. O como mucho debatíamos con respeto y saber conversar. Mi padre aseguraba que la distancia física nada tiene que ver con la distancia emocional. Mi madre atendía de soslayo. Cuánto deseaba poder asentir... pero su corazón obstinado se negaba a aceptar esa creencia de su marido.
Yo, acostumbrado al autismo voluntario, como si no escuchara lo que decían, les repetía aquello de Chesterton: no, si yo no me he ido por conocer un lugar extraño sino por volver a casa y sentirme finalmente extranjero en este mundo. ¿Cómo iba a sobrevivir si no?
Aprendizaje de la desilusión I
Me cuento estas cosas mientras me meso la barba y reflexiono sobre el significado de tal acción: qué bien sentirse extranjero, me repito. Por un par de días tengo la sensación de no conocer ahora a nadie en esta ciudad. A nadie excepto a un par de tarados tan alienados como yo. Hoy es día de celebrarlo con la altisonancia que merece la ocasión: somos una casta aunque nos digan descastados. Sí, nos gustan las grandilocuencias, el mesianismo liliputiense: Nuestra Verdad, tan pequeña y sin embargo tan propia, tan inventada como el resto de verdades, solo que por fin es la nuestra. El último refugio de unos seres que reivindican su legítima cuota de paranoia, de esquizofrenia, de desdoblamiento de personalidad, de rarismo, de resentimiento y otras palabras prohibidas en los apartamentos y duplex de obra nueva. Solo tenemos un enemigo y ese es nuestro super ego: los deberes, las monjas, el obispo Hurtado, la Costumbre. Lo decimos alto y claro: somos igual de vulgares que el resto, igual de mediocres. Pero, ojo, nos queda el orgullo secreto de creernos independientes.
- Todo es mentira.
-¿Todo es mentira?
Todo solo puede ser todo, no jodamos la marrana. Hemos deseado con lascivia ser buenos y compasivos y para ello no hemos dudado en cometer las mayores atrocidades contra nuestra naturaleza y nuestra bendita indignidad. Hemos querido comprender a los demás y que los demás nos comprendan. Ahí es nada. Ha llegado el momento de desilusionarse, de dejar de comprar lotería, de dejar de comerciar con unos dioses indignos de ese nombre y amarranos los machos para lidiar con esta manada de cornudos.
No merece la pena volver a explicarlo pero insisto: con los años yo me fui construyendo mi propia fantasía. Ahora había vuelto a mi remota capital de provincia de mi remoto país como un héroe de mierda. Como un cornudo. Ni más ni menos que como cuando aún era miembro de la manada y me fui. Un perdedor que se fue en busca del vellocino y volvió con las manos vacías. Siempre había tenido gusto por la tragedia y, según los cánones clásicos (y mi propia urgencia) era el momento ideal para escenificarla. Me gustaría haber vuelto hecho un hombre, como Brad Pitt cuando vuelve cabalgando caballos por decenas, con melena al viento y la sabiduría impregnada en el rostro. En lugar de eso, cada vez que miraba al espejo buscando a Brad, encontraba a un niño esforzándose por parecer mayor. La gran pantomima de mi vida ha consistido siempre en quererme parecer a esa imagen de mí que me persigue desde que tengo uso de razón. Ese Pitt murciano. Mis aspiraciones pre-terrenales, esa idea originada en los confines del cosmos que me había escogido por puro capricho, mi relación con lo sublime (cosa natural entre la primera y la segunda dentición según me he enterado) se consolidó tanto en mi ser que llegó a doblegar los impulsos creativos de la adolescencia.
Tuesday, 6 December 2011
Un retorno del andariego
Wednesday, 30 November 2011
El Banco Malo
Friday, 25 November 2011
E pluribus unum
Hoy decía en la radio el alcalde que ésta es una medida de creación de empleo sostenible. Con monumental derroche de imaginación y fantasía, el gobierno regional se saca de la manga propuestas como ésta, o como la de montar una oficina de turismo juvenil que, compuesta de más de media docena de trabajadores provee "asesoramiento a los jóvenes murcianos sobre como hacer para irse a la nieve o dónde aprender inglés".
Monday, 21 November 2011
The Hospitality Club
Sure, you give up part of your privacy. And yes, not every host or guest will become your best friend but it's not about that. It is about an alternative way of traveling, meeting other people, learning about the place from a local point of view or be inspired by someone who brings some new air into your house.
Thanks to all, thanks for your trust and your kindness, you're always welcome to come to Murcia or wherever I happen to be.
Sunday, 6 November 2011
Postal del Medio Oeste
A pesar del romanticismo que sugiere su campo de investigación, Germán es un tipo práctico que dice haber llegado hasta donde está por pura coincidencia y no por amor a Marte. Tanto es así que cuando este intrépido reportero le pregunta sobre el significado de encontrar agua y vida en el planeta rojo, responde por peteneras: "a ver que iban a decir los curas entonces".
Tuesday, 25 October 2011
Educa 3.0
http://www.youtube.com/watch?v=OUa0nY8o2rY&feature=player_embedded (copy and paste in youtube)
Por algún motivo que ignoro hay que copiar y pegar en Youtube para ver el vídeo...
Monday, 17 October 2011
I met the American Dreamer
Thursday, 6 October 2011
Arizona baby II
De la tienda salimos trastornados, quizás solo yo. Mi nena tiene más cojones que el Sheriff y el malo juntos. De pronto, frente a la tienda, como caída del cielo, apareció una iglesian (Gracias Suha!). Más bien parecía un almacén pero para el caso lo que importaba era el aspecto sacro del lugar. Nos aventuramos con el carro a ver si había espacio para aparcar y ocultarnos en la parte trasera, donde estuviera oscuro y no nos molestasen los feligreses el domingo de mañana o las bestias inmundas de la noche. Detrás del templo había un solar y en un costado del mismo reposaba una modesta casa con un pequeño farol sobre la puerta. Bajo la luz del farol la silueta de varios gatos que nos interrogaban en la distancia. Andabamos a vueltas susurrando acerca de cuál sería el mejor lugar para aparcar, hacía un calor de perros y se respiraba hostilidad. ¿Demasiadas pelis de indios? En esto que llegó un coche y de él bajó una mujer, le pedimos su opinión y para el caso permiso para pernoctar. Llamó a Dave, su Pastor y caporal del santuario en cuestión. No problem pero ahora viene él. Al poco llegó Dave, un simpático cura rechonchete que había estado Alemania 10 años y nos advirtió que aquel lugar no era Frankfurt y que tuviéramos cuidado, muchos se habían alejado del camino del Señor en aquel pueblo. Si cerrabamos las puertas no pasaría nada pero que no nos extrañásemos si venían a merodear en la noche. Welcome to the desert! Y se despidió.
La birra comprada en San Diego estaba ardiendo y tácitamente acordamos no volver a la tienda. Detrás de la iglesia había unas casas y en medio de la silenciosa noche del desierto alguien empezó a practicar ejercicios de ritmo con la batería. Al rato pasó un tren de estos legendarios sonando la bocina sin piedad. Fue el primero de una larga serie. Echamos un par de ajedreces o tres para distraernos antes de dormir y de paso reirnos un rato. Se comprende que aunque no sea el juego más gracioso del mundo sirve para sublimar posibles antagonismos de pareja.
Pasó la noche y no vino el coyote. Eso o se las apañó con mucho sigilo. De mañana vino Dave y nos invitó a usar sus duchas. Bendición del hospitario pastor, carretera y manta. Hacia el Gran Canyon del Colorado.
Atravesamos el desierto durante otras 6 o 7 horas con varias paradas en cada Walmart que encontrábamos de camino para intentar cambiar una colchoneta defectuosa que nos habían colocado el día antes y que parecía agotada en cada bendita sucursal de la más malvada cadena yankee. Al final encontramos otras colchonetas en otra tienda y conseguimos recuperar nuestro dinero de los Walmart. Con ayuda de nuestro atlas de carretera y nuestra conexión a internet móvil contramos un camping libre desviándonos de nuestro camino hacia el Gran Canyon .Sobre las 6.30, con el sol poniéndose escalamos mil metros con la burra para plantarnos en una solitaria montaña de Arizona donde ahora sí, avistamos coyotes y conejos.
Hicimos un fuego bajo la luna del desierto, salieron las estrellas y volví a ver el cielo como hacía tiempo que no lo había visto. Jugamos al ajedrez y dormimos dentro de la burra, abrazados el uno al otro, cada uno en su colchoneta y felices. Solos, lejos de casa, en medio de la naturaleza salvaje de este planeta.
Arizona baby I
Thursday, 22 September 2011
La Iluminada
Mount Vernon, U Street, son zonas de Washington para la reconciliación con la ciudad. Entre M street y la 9th hay un callejon, Blagden Alley. Entras y sentados en la puerta de un garaje hay un par de tipos como recién teletransportados de Woodstock que hablan de Jim Morrison y cantan poderosas canciones acompañadas por una guitarra. Hay grafitis, ¡aleluya! y un garaje donde unos tipos intercambian golpes dentro de un ring. En otra esquina está Insomniac Design que es donde Rachel me ha citado. También es donde va a tener lugar su instalación viva el sábado en la versión local de la Noche en Blanco. No tengo ni idea de qué va pero siendo idea de Rachel seguro que es divertido y bizarro con un componente trascendental. Al llegar me invita a que eche un vistazo por el espacio que ocupa una planta baja y dos pisos. El último es una terraza a la que se accede desde otra mini terraza en la primera planta y por medio de una escalera de caracol. Según camino por el estuido me imagino que en la primera planta (donde hay una barra) tiene que ocurrir algo excéntrico y de manicomio. Por ejemplo que unos tipos con vestimenta elegante estilo Star Trek están diseñando inteligencia artificial mientras toman cócteles ultra narcotizantes y que en la terraza más alta tiene lugar algún tipo de ritual o sacrificio. No se me ocurre qué puede pasar en la planta baja. En las 3 horas de ensayo siguientes Rachel va desgranando la pieza y su deseo de que el happening ofrezca al público un recorrido simbólico de la muerte a la vida. El espectáculo se llama 'lit' o 'iluminado' y la iluminación o la oscuridad son elementos clave en la historia. En el espectáculo manipulamos la iluminación con linternas, luces de navidad y otros artefactos iluminados. Abajo, al comienzo, recibimos a los visitantes con una grandes linternas en los ojos como si fuéramos buhos o extraterrestres, o pirados. Luego creamos un bosque de haces de luz, gateamos, danzamos y yo tengo una parte donde improviso una danza de mono iluminado mientras un batería y un contrabajo tocan a mi lado. Gente sale de los armarios y cuentan historias sobre la ciudad y se relatan cuentos con sombras proyectadas sobre una puerta traslúcida en forma de tríptico que da a una pequeña sala. Hay un momento en que el segurata mete a alguien en el aseo y con la linterna y el cuarto a oscuras somete al visitante a un interrogatorio muy personal. Cuando todo acaba, a oscuras y con ruido de metales golpeando la barandilla subimos a la carrera al piso de arriba donde, efectivamente, hay caos y pintura, música y frenesí. Una mujer cuenta historias sobre un colchón en el armario, suena un chelo dentro de un cuarto de baño lleno de sangre. Al cabo vuelve la oscuridad y unas luces indican que la visita continúa en la terraza exterior. Desde allí se contempla cantar a una cantante en lo más alto de la escalera de caracol. El visitante sube y en la terraza de arriba se ofrece un ritual de respeto a los cuatro puntos cardinales y todos cantamos:
Hey ho, nobody home
Meat nor drink nor money have I none
Yet we shall be very merry
Hay un guión, y el segurata/narrador hace de guía para el público pero habrá espacio para la improvisación y el público decide si quiere observar solamente o si en cambio quiere participar de lo que ocurre. Creo que hay algún parecido entre lo que imaginaba y lo que es. Supongo que al fin y al cabo vivimos un año juntos y me gusta pensar que el habernos formado juntos hace que cuando miramos un espacio e identificamos su potencial, surjan ideas parecidas. Iba a escribir sobre lo talentosa que es Rachel y sobre todas sus otras cualidades artísticas y personales pero creo que la descripción es una buena tarjeta de presentación y así no me pongo muy cheese. Va por ti, chula.
Friday, 16 September 2011
Fat Flag America
Me dice Jill que sí, que hay decenas de programas entre series, realities, películas, concursos, dibujos y documentales que abordan en la ficción y la realidad el tema de la obesidad pero que Hollywood, por poner un ejemplo, trata el tema siempre con perversa benevolencia. Áma tu grasa, acéptala, gordito, no está tan mal.
También hay mendigos tremendos, gente que no tiene que para comer pero está gorda a morir.
Interview with Cathleen O'Malley
Sunday, 28 August 2011
¿Miedo a ser libres?
La idea básica es que el hombre liberado del dominio externo se encuentra asaltado por la sensación de soledad, en ese estado le atormentan dudas infinitas sobre el mundo y sobre sí mismo: solo para juzgar, deja de estar seguro acerca de su propio sentido de la proporción. En ese estado dos alternativas se presentan ante él.
Una es la de sumergirse en el mundo intentando a toda costa recuperar los viejos lazos de unión con él, y de esta forma intenta regenerar el viejo tejido de las relaciones de dependencia. Las relaciones de dependencia están basadas en una sumisión pactada: yo te doy seguridad a cambio de tu libertad. Conscientemente pueden reconfortar pero inconscientemente generan resentimiento y ansiedad pues impiden el potencial desarrollo del individuo. La otra solución es el camino del amor y de las relaciones espontáneas con el mundo.
Fromm, psicólogo social, habla de la psicología que impregna a los individuos de una determinada sociedad. De cómo, además de los instintos de la especie como puedan ser el hambre, el sexo o el lenguaje (Pinker dixit), la especie humana posee herramientas para adaptarse a nuevos entornos a través del desarrollo de las habilidades y hábitos sociales. Equidistante cuando se trata de nature vs nurture aclara que los instintos de la especie son un factor dinámico en el desarrollo de la sociedad pero que así mismo las fuerzas psicológicas de las personas están condicionadas socialmente.
Todo esto viene muy al caso de los disturbios de Londres. No es ninguna sorpresa que la clase política británica se lavara las manos de primeras y ventilase el asunto como pura violencia y gamberrismo sin sentido. Ni que la solución ante tal desconsideración fuera la represión ejemplar. Ahora que estuve en Londres hace unos días los riots seguían en boca de todos. Un par de puntos de vista interesantes sobre lo ocurrido: uno es que a la sociedad le cuesta entender este tipo de impulsos irracionales que no van acompañados de pancartas, manifestaciones autorizadas y ordenados discursos políticos, constructivos. Dos, que sin embargo la clase media experimenta una especie de gustirrinín inconfesable al ver que el caos social que vivimos toma forma plástica. Algo así como: lo raro sería que no ocurriera dado como está montado esto. Gracias chicos, no podíais haberlo expresado mejor!
La segunda cuestión es sobre dicha 'forma plástica' del descontento social. Parece que hay consenso y aprobación sobre el uso del fuego para mostrar descontento entre el populacho. Lo que sin embargo no ha gustado nada ha sido el tema de los saqueos y las imágenes de los negros saliendo de las tiendas con televisiones de plasma entre los brazos. Como que hubiera deslegitimizado la protesta, como si la hubiera banalizado. Pero volviendo al discurso de Fromm, ¿no era de esperar en una sociedad donde el consumismo y el enriquecimiento express son hábitos y habilidades de supervivencia (no solo del individuo sino de la propia sociedad)? ¿No son esos los valores que teníamos que aprender? Creo que no hace falta caer en comparaciones obvias con otras formas de saqueo más sofisticadas.
Así, llevando todas estas cuestiones al terreno personal, como individuo engendrado en una sociedad capitalista me pregunto hasta qué punto están engranadas esos hábitos en mi psicología , y hasta que punto un modo de funcionar basado en el intercambio de bienes y servicios con el fin del enriquecimiento material condiciona mis relaciones con el mundo, mis relaciones de amistad, de familia o de pareja.
Así también mi relación con el viaje, mi visión posiblemente utilitaria del mismo. Mi querer exprimir enseñanzas del mismo. Mis deseos de gloria, una vez de vuelta, al bajar del avión y gritar: "tará! Voilá la risa!" He decidido no cambiar el título del blog ni la descripción, de momento pero intuyo que mi relación con el viaje está en proceso de metamorfosis. Me estoy quitando ladrillos de encima y uno de esos ladrillos era la imagen que había confeccionado de mí mismo como juglar recorriendo las calles del mundo, usando al público como herramienta para aprender el oficio de cómico y volviendo con la mochila llena de saberes que intercambiar por caricias y piedras preciosas a mi vuelta.
Mi nuevo punto de partida son algunas preguntas que extraigo de Fromm ¿Dónde anida el miedo a la libertad, a la relación espontánea con las cosas y las gentes? ¿Qué formas adopta la sumisión? ¿Con qué o quién formo relaciones de dependencia? ¿Es posible viajar sin pretender dar respuesta a estas preguntas, ni querer obtener del viaje nada a cambio más que el placer espontáneo de viajar y relacionarse espontáneamente con el mundo y sus gentes?
Saturday, 27 August 2011
Waiting for Irene
7.29 Kingsland Avenue. Brooklyn
Apenas hora y media para que llegue el huracán Irene, la peor tormenta en NYC de los últimos 50 años.
New York supera cualquier expectativa del viajero, esto es una ciudad moderna y el resto de ciudades son imitaciones de lo que ocurre en Manhattan. Lo digo sin conocimiento ninguno, con la poca distancia y experiencia de quien ayer visitó el mid town por primera vez. El recorrido comenzó en casa de Richard Platz y Alia Phibes, nuestros simpáticos huéspedes. Ella es de Nuevo Méjico y él de Atlanta (Georgia). Ambos se dedican a las artes gráficas y audiovisuales. Richard es amigo de mi ex compa de piso Alex y lo conocí de paso en Londres cuando volvía de Rusia. Es viajero y tiene un par de videos muy graciosos sobre sus experiencias en Rusia que espero poder colgar.
Como decía, salimos de casa y bajamos en dirección al down town Brooklyn. Por el camino nos encontramos a un ciclista de orígen portorriqueño muy gentil que viéndonos perdidos nos invitó a seguirlo hasta el puente de Brooklyn. Aceptamos y de paso nos hizo de guía por las zonas industriales que recorrimos, como el Brooklyn Navy Yard que es un astillero que a primeros de los '40 funcionaba las 24 horas para producir buques de guerra a razón de uno por semana.
Así, llegamos al puente y así lo cruzamos, ya sin el guía. De allí desembocamos en el down town, nos entretuvimos un rato con unos negratas hip hoperos y nos metimos en China Town. Lo cruzamos y al rato llegamos al teatro, que en realidad era una iglesia, en el cruce entre la 10 East y la 2ª Avenida. Allí vimos The Model, una pequeña producción sobre una pareja de neoyorquinos que se encuentran una modelo en la calle. La modelo es una especie de maniquí viviente, una persona hecha objeto o un objeto con rasgos y comportamientos humanos, no se sabe bien qué. La historia va de cómo esta pareja se obsesionan con lo que la modelo hace y lo guapa que es y lo bien que queda cuando hay visita, etc. Así hasta que un día la modelo aprende a girar el pomo de la puerta y se pira sin decir ni pío. También hay un autenticador de modelos. La idea era interesante pero la obra fue aburrida, ni funcionó la comedia ni tampoco el drama. Lo mejor fue al final cuando leyendo la descripción de la producción me enteré de que uno de los actores, el autenticador, era el director y productor de Hurlyburly que hacía su debut sobre las tablas.
De allí a la calle, al East Village: chicas guapas, tipos excéntricos, hispanos en las pizzerias, adolescentes gordas como hipopótamos, miles de taxis, mucho moderneo, mucho bar. La urbe en estado nocturno. Lo que me llamó la atención es la seguridad que se respira en la ciudad. Quizás no pasamos por las calles más dodgies pero desde luego echarse una partida de ajedrez a la una de la madrugada en un parque de Brooklyn y no percibir ni el más mínimo atisbo de chungueo fue una grata sorpresa. Después de un par de cervezas y de vencerme por partida doble a Nora le entraron ganas de salir de marcha, y a mí -para qué engañarnos- también. Preguntando llegamos a una zona de bares nocturnos y cachondeo pero sin pasaporte no nos dejaron entrar. Cogimos las bicis y nos volvimos a casa.
Aquí seguimos, queda una hora para el gran diluvio.
Thursday, 18 August 2011
1999 errores más y ya llegamos
Hoy me he metido en otro berenjenal, calabacinal y lechugal. Hasta la rodilla. ¡Viva el aprendizaje! ¡Qué bonito es hacerse mayor!
The story:
Si tras deliberaciones varias y trifulcas muchas de los dioses propios, no consigo salir al ruedo... hey, breath in... no todos los días son días de fiesta. Las canciones mienten también. Pero no, hoy no era el día de rendirse a las suplicas de los dioses de la parálisis mental. Hay días que se triunfa, días que se aprende y días que se piensa demasiado. Ayer, fue uno de esos en los que los pensamientos se interpusieron entre el público y yo. Eso y todo un batallón de al menos 600 energúmenos del (....) de Zurich que jugaba contra el Bayern.
Hoy, por otra parte, andaba yo aún con la resaca del derrotismo de ayer. Pero no voy a dar muchos detalles del spaguetti cerebral que me ha tenido 3 horas dando vueltas por la ciudad intentando encontrar el lugar perfecto. ¡El lugar perfecto! (¿hola?) El lugar ese debe de encontrarse cerca de la mujer 10, el mundo ideal o la verdad verdadera. Di muchas vueltas y guess what? No lo encontré así que volví a repetir el mantra Trungpa: start like a fool! y eso hice.
Caminaba yo en plan decidido, ahora sí que sí. Vinieron unas nubes y creyendo que se trataba de una señal divina me lancé en medio de la plaza. Fue vestirme de Kung-Fu y aparecer el sol. Churretes de maquillaje corrían por mi rostro. La gente se reunía poco a poco cerca de mí, pero no enfrente sino a un lado. Permanecen en la sombra, pensé yo... Así que trasladé mis cosas y me planté delante de ellos (al sol todavía). Poco a poco empezaron a llegar más y más y más, decenas, cientos!
Con lo que no contaba yo es con que estaban a punto de dar las cuatro, así que, contra toda ilusión que me había hecho, los descerebrados de los turistas se habían reunido para ver el """"divertidísimo""" Rathaus Glockenspiel. Unas figuritas dando vueltas al sonido de las campanas. Y cientos de personas echando fotos como maníacos!!!
Sudé, dancé, me burlé... Cuando se acabó el reloj me quedé solo... Tomé mi bandana kung-fu entre las manos, respiré... y en ese momento aparecieron los eslavos. ¡Hermanos! Y para más cachondeo Liudmila, ¡una entrenadora de Kung-Fu de verdad! El tirón de los ucranianos me permitió desarrollar todo el tema del 'Mental Kung-fu' pero al final tenían que irse y les dejé ir (error). ¿Quién se quedó? un par de punks que al acabar me tiraron dos euros y una pua de guitarra.
Conclusiones:
La mayoría del público no me entiende (todavía), o será que yo no lo entiendo...
1) Parte del público me tiene miedo, ¿o será que el que tiene miedo soy yo? El caso es que no consigo que se me acerquen. Les causo atractivo y curiosidad, eso sí a 20 metros de distancia. ¿Se pensarán que a esa distancia no puedo cogerlos si echo a correr? Son como animalillos y si intento acerarme un poco o atraerlos se piran corriendo.
2) F***********ck! Sigo enfrentándome demasiado al público y provocando y riéndome de ellos antes que de mí! Esto es lo que llevo más de 10 años intentando cambiar, y así vamos... Sigo jugando con estatus alto, eureka! por eso siempre me salen 1 o 2 que me vacilan y me juegan. Breath in...
Hoy tocaba saltar al vacío (again) y fracasar con gusto y regusto. Así ha sido. 1999 errores más y llego al olimpo.
Tuesday, 16 August 2011
new challenges
If what really matters is the relation between body and space, that is 'the game' or jeu -according to Fusetti, then I need to get back to the basics. Strip it off clever ideological jokes and play the space, the audience, the moment. Nothing simpler to say, nothing harder to do. Only one way to solve this equation: trying out.
OK, so some ideas. As John Wright says in the world of clowning everything is a game so, probably, instead of doing all the preparation in the somewhat ceremonial way I fashioned last time, next time I shall play:
'the game of setting the space'
'the game of undressing'
'the game of dressing up'
'the game of making the audience wait while I put on make up'
'the game of seeing the audience and saying hello (the game of breaking the ice)': this I hope to do by reflecting the attitude of whomever I say hello to.
This probably should bridge the gap I fell in last time: from ceremonial making up to silly fooling which I think scared some people -who let the dog out?!
Also, in retrospect it seems to me that last time I was too desperate to fill in the silences. Next time I shall try to practice the 'doing less' and work on the potential of silence.
Now, something important here. It also seems to me that I'm often not giving enough attention to the people who are ready to laugh, play and engage in silliness, and instead I tend to focus on those people who show a harder face and sell their smiles more expensive. Next time I shall capitalize on whoever is happy to play and try to create an appealing atmosphere for the more distant ones.
Another remarkable advice, this time by Chogyam Trungpa Rimpoche “We can't start perfectly and beautifully. Don't be afraid of being a fool; start as a fool.”
Now, the language issue. I'm playing in Germany, speaking in English. Nothing I can do about my German in the next 4 days so, how about speaking slower and clearer?
And finally the more substantial stuff to include in the show:
Question A) Red nose or not red nose, that is the question.
I think I will try a more Commedia type of approach. The figure of the Innamorato, the Lover is a Commedia dell'Arte stock character, an archetype who represents the one who loves to be in Love and more than anything loves to love himself. That, with a variation towards a Rosauro, which is a more buffonesque take on the same issue: sentimentality.
Technical stuff to try out: creating a very solid mask and then taking it off -speaking in a figurative way- that is dropping the character. And the so called 'aside' that is making side comments to the audience about what's happening on stage, another way to create a sort of more intimate dialogue with them.
In short: relax, don't be afraid, loosen up, seduce them, bond with them.
Monday, 15 August 2011
Marienplatz - things (hopefully) learnt for future practice
Do's and don'ts
Do: if you're in the middle of the Town square of a big European city and you want to attract attention then you'll probably just need to spread a blanket, place a loaf of bread, a huge cucumber, a packet of sausages and a scarf in each of the blanket's corners respectively, sit down in the middle and wait. Oh yes, getting half naked to put on a costume also helps.
Don't: start rigid as a bar of iron and create no connection with the audience. When you start then throw 4 jokes that somehow insult the audience or the audience's country. They need to love you before you can start poking them up. This is specially so if the first joke consists in a word play by means of which you say Ladies and Sluts instead of Ladies and Gentlemen.
Do: Accept the challenge of a teenager, don't be scared
Don't: Be anxious, teenagers smell it and will increase the challenge
Do: Put the teenager in the limelight, encourage him to ride the show, let him melt in self-consciousness, join the audience, make comments about his performance, then gain him back and make him feel good after he's learned the lesson.
Don't: make general comments about local politicians, that's simply demagogy.
Do: breath, wait, keep quiet, sometimes that's enough to make people stay.
Don't: keep pushing with words or attempts to be funny, that just pushes people away.
Do: make yourself very ridiculous both with your costume and attitude.
Don't: play the clever guy, they'll realize you're shitting your pants.
Do: try to pull people towards you at the beginning of the show, for this probably it helps to create a bond first instead of all the jokes aimed at the audience. Make them laugh at you first!
This are lessons from my new show mental kung-fu - a toolkit of self defense techniques brought to Germany from the southern regions of Europe in the face the Great Recession. The imminent invasion of the country by desperate south Europeans has driven the German authorities to recruit self defense specialists to contain the arrival. Among the techniques there are: 'Mental Kung-Fu' and 'Wurst und brot' (bread and sausage). Still working without music or sound effects other than my own voice.
Thursday, 11 August 2011
Mónaco vertical
El centro es ruidoso y está lleno de turistas como cualquier centro de ciudad Europea. Cada vez me resulta más difícil entender esta costumbre de viajar a una gran ciudad. Ruido incesante y mareas de personas a las que la inercia arrastra sin mucho esfuerzo por entre los edificios históricos, las mismas cadenas de tiendas que encuentras en cualquier centro de ciudad, los mismos restaurantes clichosos, algún que otro busker (ahora más porque hay una convención europea de malabares), los de la cienciología, los abuelitos de la secta, y para más desconcierto varios puestos de venta de (in)utensilios de cocina para cortar las verduritas con formas geométricas. No duro ni media hora, me da dolor de cabeza. He venido para echarle un ojo a los que actúan en la calle, ver el tema licencias (ejem) y el espacio. Tengo ganas de practicar el ridículo, demasiada traducción últimamente. Empiezo a tomarme muy en serio otra vez. ¿A qué si no frases tan largas y tanta verborrea?
He estado pensando ultimamente, empleándome en uno de los pasatiempos más vanidosos y reconfortantes: la metáfora. He estado escalando un par de veces desde que llegué y debe de ser que estoy tan poco acostumbrado a hacer ejercicio que no he podido evitar meter la cabeza en los asuntos del cuerpo. Especialmente el primero de los dos días. Al terminar y mientras me acariciaba la barba de chiva miraba a los escaladores o más bien me fijaba en sus pelvis. En lo evidentemente necesario que es utilizar la pelvis en cualquier disciplina física.
Escalar, por otra parte, es cosa de gente práctica, o quizás sea que escalar te vuelve una persona práctica. Es una de esas cosas que te entrenan en la toma rápida de decisiones, en la supervivencia física. Y para eso hace falta meter la pelvis. Como en cualquier otro dominio. Solo que a veces, en otros dominios es difícil entender qué significa meter la pelvis, especialmente cuando lo que está en juego no es la seguridad o el equilibrio físico sino otro tipo de estabilidad. Y ocurre, al menos a mí me pasa, que en lugar de meter la pelvis, lo que hago es sacarla hacia atrás. Como por miedo. Lo cual normalmente tiene como consecuencia la pérdida de fuerza y de equilibrio.
También pensaba, a propósito de la escalada como metáfora para el viajero, en lo difícil que debe ser encontrar el equilibrio cuando uno está expuesto a tantos cambios diarios: de paisaje, de cama, idioma, lugar de trabajo, compañía. Lo que viajar tiene de parecido con la escalada es que al trepar por la pared vas encontrando pequeños escollos que te dan el apoyo suficiente para pasar al siguiente punto de agarre y así sucesivamente. Te proporcionan un equilibrio precario pero suficiente para continuar tu viaje: un espacio donde morar pero siempre con la pelvis en actitud activa.
Friday, 5 August 2011
Mónaco: birra y castaña
De Munich aún no te puedo contar mucho, apenas cuatro días para aterrizar, recuperar las caricias y besos atrasados y trabajar, ahora sí, cumplida la utopía del traductor viajero que con su ordenador en la mochila recorre el mundo. Continúa el viaje, de momento sin nariz roja.
De Munich la birra en los bier gardens de los que hay unos 120 en toda la ciudad aunque solo 30 de ellos reúnen las características básicas para serlo. El bier garden tradicional estaba plantado a la sombra de unos castaños o bien se les hacía crecer junto al establecimiento por dos razones: la obvia es la sombra, la otra es que los castaños tienen raíces que crecen a lo extenso y no a lo profundo y así permitían la existencia, bajo estas, de unos sótanos donde se fermentaba la cerveza casera. La otra característica para que un bier garden merezca en rigor tal nombre es que te puedas llevar allí tu propia comida.
Anoche pronucié: creo que estoy enganchado a la birra. Esto no es nuevo pero creo que me ha sido más fácil confesarlo en tierra extranjera, como si los vicios adquiridos durante el viaje fueran cosa de lo que uno puede desprenderse con más facilidad que aquellos que uno engendra en su hogar. Por suerte o por desgracia no estaremos en Munich para Wies'n que es como aquí le llaman al Oktoberfest. Ya lo están montando en el solar que tienen para la ocasión, bajo los pies de la estatua de Bavaria. El Oktoberfest viene a ser como la feria en Sevilla, de hecho su origen apenas dista 30 años de diferencia. A diferencia de la fiesta andaluza, éste no surge de un intercambio de animales entre señoritos de la zona sino que ha sido conmemoración del banquete de bodas de los principes del momento. Como toda fiesta popular también cuenta con detractores, quizás porque además de ser una celebración de orígenes monárquicos, llena la ciudad de borrachos y cultura retro. Lo mejor de la fiesta, además de la cerveza son los escotes de los Dindl que es el traje tradicional bávaro para las mujeres.
Pero no todo es alcohol y lujuria. Perdona señor esta mirada desviada que también sabe apreciar las virtudes de lo monacal que aún sobreviven en la ciudad. La gente es muy sosegada y la ciudad también, tanto que casi me da asma pensar en salir a la calle. No parece que pase mucho pero tiene el río que es una bendición. Ahí tienes a decenas de bávaros en bolas chapoteando en el agua y luciendo las carnes bajo el puente. Y si sigues caminando descubres que el Isar es larguísimo y cuando sale el sol la gente llega en masa a ocuparlo. No es como los ríos de otras ciudades como Londres o París. El Isar se mete en la ciudad por su curso natural, llega limpio y en sus riberas se puede tomar el sol, bien sobre la hierba, bien sobre los cantos rodados. Esto para alguien de Murcia es de un exotismo incomparable. Al atardecer aparece el fuego de barbacoas y al rumor del río se suma el olor a salchicha con queso (las preferidas aquí), y cuando cae la noche paseas por entre la boscosidad de la ribera y ves decenas de fuegos aquí y acullá e incluso aflora alguna que otra rave electrónica al abrigo de la oscuridad.
En Munich, como en toda ciudad, la bicicleta. Aquí además no es nada nuevo, la gente hace tiempo que descubrió las virtudes del pedaleo. Es tan natural y hay tantas que la gente no tiene que gastarse una fortuna en una cerrojo blindado TNT-proof y además las aparcan en medio de la acera con un par, como si fueran criaturas vivas con derecho a su espacio. A nadie le sorprende. También he visto a la policía multando ciclistas por no llevar luces de noche.
Sí, se cumplen los tópicos o acaso no tengo ojos nada más que para reconocer lo que sabía o como poco intuía ya. Seguiré mirando con ojos ávidos, intentando desgranar mis prejuicios de lo realmente novedoso y ver si es que a día de hoy es posible aún sorprenderse de viaje por las provincias europeas.
Thursday, 7 July 2011
Márchese señor Payaso
Se tiene que marchar, no puede continuar lo que está haciendo. ¿El qué? Por segunda vez salgo la calle, en Cartagena, a ejercitarme en el antiguo y gentil arte del ridículo, con una nariz roja, cuando me veo atropellado por dos munipas. Dos denuncias al canto. Me acusan de ir disfrazado (aunque confiesan que ellos también lo van) y de saludar a todo el mundo en la calle, lo cual, según ellos, equivale a hacer un espectáculo y fomentar la mendicidad. Saben que no estoy pidiendo ni acepto dinero ajeno. Ante el peligro que se avecina -empieza uno por vestirse de idiota y acaba acuchillando niños en la calle- los guardias, ahora seis, me intimidan para que abandone la calle y me vaya más lejos (¿una legua?). No me explican el por qué, se sacan de la chistera una ‘ordenanza sobre espectáculos públicos en la vía pública’ y ante mi insinuación de abuso de poder dicen que extralimitarse sería pegarme una hostia en plena calle. De lo cual entiendo que estará regulado el fostiar a cualquiera cuando nadie más esté delante. Mientras en la jaula dorada del centro de Cartagena, custodiada por la centuria, se puede tan solo beber horchata y hablar bajito, en la periferia se comercian toneladas de droga y la policía es la única que no lo sabe. ¿Es este el modelo de sociedad plural, sana y dialogante para CT? ¿Gozan los polis de autoridad ilimitada para joder al ciudadano, aunque éste sea imbécil?